martes, 4 de junio de 2013

Los Hornos de Hitler narran la historia verídica de Olga Lengyel desde su llegada hasta su liberación en los campos de concentración de Auschwitz-Birkenau, describiendo entre ellos las terribles vivencias durante esos días interminables muestra del odio racial, la intolerancia religiosa y el despotismo político. Olga esposa de Miklos Lengyel, sus dos hijos: Thomás y Arved, los padres de la autora y su padrino habitaban en Cluj un pequeño pueblo de Rumania dominada por Hungría en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. A principios de 1994 dos terceras partes de Europa, pertenecían al Tercer Reich es decir, al imperio que según Hitler estaba destinado a cumplir mil años, se sabe que parte de la ideología del Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes se fundamenta en la creencia de una raza superior. Los alemanes son Arios, descendientes de una raza caucásica, cuyo privilegio residía en no haberse mezclado jamás con cualquier otra, ésta raza es superior a todas las demás y es la destinada a dominar al mundo. Debido a esto Hungría se había vuelto en un país Pro-nazi colaborando con los alemanes y siendo apoyados por la Gestapo y S.S para deportar a negros, gitanos, árabes, latinos pero principalmente judíos y toda aquella raza que no fuera Aria. Olga y su familia contaban con su propio hospital, producto del esfuerzo del trabajo y la dedicación del esposo y padre a través de los años, en ese hospital trabaja Osvath anterior estudiante del Dr. Lengyel, había ya pasado largo tiempo con la familia y confiaban en él como miembro del Hospital y amigo, un día durante el famoso toque de queda el Dr. Lengyel fue llamado a las oficinas de la Gestapo, Osvath estando en la oficina del Dr. Mando a llamar a Olga, le comunico que hace tiempo estaba colaborando con los Nazis y pensaba sacar total provecho de eso, le dijo que tenía que firmar unos papeles donde le cedía por completo el Hospital o si no su esposo moriría, Olga no sabía qué hacer pues su padrino y sus padres estaban enfermos e internados en este, pensó en sus hijos pero sobretodo en su esposo, accedió y firmo los papeles no solo entregándole el Hospital, también su casa y todo lo que había en esta. Ese mismo día salieron de la casa refugiándose en un convento donde conocían a la hermana Esther. Una semana después el padrino de Olga falleció, ese mismo día el Dr. Lengyel fue llamado de nuevo a las oficinas de la Gestapo, ella tenía un mal presentimiento no quería quedarse con la duda de que pasaría con él a sí que se puso a investigar y supo que iban a deportar a su esposo por falta de doctores en Alemania. Ella junto con sus dos hijos y padres fueron a las oficinas de la Gestapo y le dijeron que si quería podía ir con su marido. Ese fue el comienzo de un terrible viaje que terminaría aun peor. Olga, Miklos, sus hijos y abuelos llegaron a la estación de ferrocarriles y en vagones aptos para ocho caballos, donde se amontonaban a 96 personas por vagón. Partieron con rumbo desconocido los primeros tres días los pasaron sin una gota de agua y comida, el vagón no tenía ni una sola ventana y el calor era abrazador por lo cual era difícil respirar dentro, las personas tenían que dar a los alemanes sus prendas de vestir a cambio de 1 vaso de agua, las enfermedades no tardaron en darse, murieron dentro del vagón 6 personas, el resto tenía que convivir con los cadáveres pero llego un punto donde les dejo de importar solo querían que esas puertas se abrieran. Tras días terribles el tren se detuvo pero no los sacaron hasta el día siguiente, las puertas se abrieron, niños y ancianos iban del lado izquierdo y mujeres y hombres al derecho, Olga pensó que sus hijos deberían estar del lado izquierdo pues no quería que tuvieran trabajos forzados a sí que mintió sobre la edad de Thomás diciendo que tenía menos de 12, dejo a sus padres, ambos hijos y a su esposo. Debo decir que del lado izquierdo el campo de concentración era Birkenau aunque en realidad era un campo de exterminio pues allí se encontraban los crematorios y cámaras de gas, el lado derecho era Auschwitz donde todos los deportados eran forzados a cumplir trabajos duros y usados como conejillos de indias para experimentos científicos pero al final terminarían todos en el crematorio solo era cuestión de tiempo. Olga fue instalada él una barraca especialmente para mujeres, al llegar eran obligadas a dejar absolutamente todas sus pertenencias en un lugar que los alemanes llamaban ¨Canadá, ¨ las bañaban, rapaban y como ropa les daban unos trapos viejos que sin lugar a dudas pudieron haber sido en alguna época prendas muy lujosas. No puedo describir todos los días con detalle sobre lo que pasaba en ese lugar pero resumiré lo más importante. Las internadas eras colocadas en pequeños cuartos de madera era demasiado incomodo dormir todas juntas pues no cabían, las primeras dos semanas que permanecieron allí no les dieron agua ni alimento, y cuando se los daban era agua sucia, sopa o un trozo de jamón podrido que realmente provenía de carne de los crematorios, la higiene era un problema pues no se les permitía bañarse y pronto empezaron las enfermedades y plagas de piojos, a falta de comida todas las internadas bajan de peso de una manera increíble pero cierta. Cada semana todas la que habitaban en el campo tenían que formar una enorme fila en el patio para las llamadas ¨selecciones¨, quien las hacia Irma Griese ¨El Ángel Rubio de Belsen¨ como la prensa la llamo durante el juicio de Nüremberg junto con Josef Kramer ¨La Bestia de Auschwitz¨ eran miembros mayoritarios de la S.S y con mayor autoridad en Auschwitz, las que eran seleccionas normalmente eran enfermas o discapacitadas pero ellos escogían a quien se le diera la gana, debo recalcar que las seleccionadas iban directo al crematorio. Durante las selecciones ningún miembro de las filas se podía mover o los soldados alemanes les imponían castigos crueles y absurdos como, cargar piedras de un lado a otro y una vez acabado regresarlas a su lugar de origen, correr con piedras en los pies, manos y cuello por todo el campo, quedarse expuesta al sol por varias horas sin una gota de agua o quedarse sin alimento por varias semanas además de recibir golpizas impuestas por los alemanes con toda su crueldad. En Mayo de 1994 debido a los conocimientos de Olga sobre medicina la nombraron parte de las enfermeras del Hospital del campo, era un pequeño cuarto donde atendían cerca de 400 a 600 mujeres al día, pero a falta de instrumentos y medicamentos no podían ejercer su trabajo del todo bien sin mencionar que por la falta del agua había sangre en el suelo y sabanas, las enfermeras gozaban de algunos privilegios como comida más decente y higiene personal más seguida. Dentro del cuerpo de enfermería Olga conoció a ¨L¨ con este sobrenombre lo describe en su libro, L era miembro de la resistencia dentro del campo de concentración colaboraba con otros miembros de la resistencia que operaban escondidos en las montañas, ellos introducían dinamita al campo de concentración con el fin de volar los hornos crematorios.